En el mundo de la gastronomía, donde todo parece ir cada vez más rápido, La Macheleria ha apostado por lo contrario: la paciencia. Desde hace cinco años, este asador bogotano ha perfeccionado el arte de la maduración de carnes, un proceso que transforma completamente la experiencia gastronómica.
La maduración es un proceso controlado donde las enzimas naturales de la carne descomponen las fibras musculares, concentrando sabores y suavizando texturas. Durante este tiempo, la carne pierde humedad gradualmente, intensificando su sabor y desarrollando notas complejas imposibles de replicar en cortes frescos.